jueves, octubre 26, 2006

AL PENCO

Matar sin ver el estertor de tu enemigo. Hendir la piel sin ver la sangre en el cuchillo. Si un disparo es el abrazo de un amigo, matar se vuelve un simple juego de chiquillos.
Ahorrar la náusea, hurtar el miedo, hacer del vómito un trance apenas existente. Sólo un paleto, un ignorante, juega con fuego y del perdón hace carrera. Si no se entera y libera miserable a tu asesino, si cree que es bueno hacer la paz por la injusticia, maldito sea por felón, por vil traidor, por mal nacido.

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