martes, febrero 20, 2007

FURBO


Si el fútbol no existiera habría que inventarlo. Entiéndaseme, que no pretendo hacer ningún canto al deporte concreto de 22 tras una pelota, no, sino a la grada repleta que lo circunda. Taitantos mil espectadores, la alegría de Churruca, la fortuna de Albal, que así dejan el tema cuando escapa la marabunta. En estos tiempos tan acelerados, tan crispados, tan enfrentados, estar al aire libre un par de horitas, el fresquete en la cara, bocata tortilla, y licencia de hooligan por delante para soltar todo lo que llevas dentro, es la vía de escape ideal, la recarga de pilas para la semana contenida y gris que nos espera. Somos la tribu, y viene el enemigo. Démosle por donde duela, tanto más cuanto más peligro percibamos, que hay que infundir ánimos a nuestros guerreros, desmoralizar al enemigo, derrotarlo, qué digo derrotarlo, aniquilarlo sin compasión. Qué gozada.

Y gritamos hasta enronquecer. ¿Que en el equipo contrario juega un moreno? Nada mejor que un bonito uh uh, uh, y haciendo el macaco nos divertimos. Nuestro lateral derecho, ídolo de nuestros hijos, admirado por toda la afición, es de un color todavía más oscuro, y hay qué ver lo buena que está la Beyoncé, pero hacemos el gurriato con el rollo kukuxklan. ¿Por qué? Porque jode y desestabiliza, que ahí está la cosa, y no se hable más.

El pasado domingo, campo de Mestalla, se jugó un partido de la máxima; el Valencia – Barça, o sea. Y se podía ver una hermosa pancarta que rezaba "Valencia is not Catalonia", por j., claro, (y porque es verdad, carambas), y cada vez que su lateral derecho tocaba la pelota se oía una música de viento espectacular con recuerdos generales y específicos a su señora madre, que hay que ver el Olegario qué cosas tiene, que le ha dado por pensar que el megakiller es un guay y que el oprobioso invasor debe apartar sus sucias manos de su limpio campanario cuya sombra alivia sus calores, barretina calada hasta el unicej. Gran triunfo local, y el Olegario a su casa tocando el pífano.

Y el día anterior, el sábado, que en Coruña el Depor igualaba a cero con el Levante. Aquí la cosa tuvo otro derrotero. Resulta que el delantero centro del Levante, va como de español, y eso es muy fascista, que dicen, y la muchachada del Riazor se distraía al grito simpático de "Salvaaa Muéeereeete", que lo que mola por tierras del Pulpo a Feira es el rollo BNG. Encantador.

Me gusta España. Se respira un no sé qué de lo más agradable.


martes, febrero 13, 2007

TENGO MIEDO



La famosa Sentencia del Tribunal Supremo por la que se reduce la condena del etarra inapetente es de aquéllas que hacen recorrer un no se qué por la espalda, desde la misma altura de la nuca.

Vale, de acuerdo, seamos correctos y respetuosos con el inmarcesible estamento judicial. Supongamos que es correctísima la argumentación, impecables los fundamentos, pero ...

¿Cabe en nuestro Derecho que un mismo supuesto fáctico, a la luz de la misma legislación vigente pueda tener un reproche penal de más de 90 años, o de apenas 3, según de quien sean las doctísimas puñetas opinantes?.

¿Es ésa la seguridad jurídica de un Estado de Derecho, de MI Estado de Derecho?. Suponiendo, lo que no me atrevo a dudar, que la Sentencia firmada por tan Alta Magistratura sea la correcta ¿no cabe ninguna colleja disciplinaria para el corajudo fiscal inicial de tan desorbitadas pretensiones?

Tragamos que unas amenazas proferidas por quien se reconoce en la sentencia que milita en organización terrorista, no sean "amenazas terroristas", con lo que la pena aplicable sería otra. También tragamos que sea sólo una amenaza la computable, por más que fueran nada menos que seis las personas amenazadas, y dos los artículos en las que tales amenazas se vertieron. Tragamos mucho, hay qué ver que tragaderas las nuestras.

Pero estoy acojonadito.

martes, febrero 06, 2007

SUCEDIDOS

Conozco desde hace muchos años a Juan. Algo mayor que yo, recuerdo aquel verano, ya en la facultad, que en el pueblo nos juntábamos a estudiar los calabazones, yo de segundo, él de cuarto o quinto, no sé bien, que de esto ya llovió bastante. Él me descubrió a Serrat, a Llach, a Pi de la Serra...

Unos años más tarde, cuando ya era don Juan, supe de su vida. Le iba muy bien, me decían. Era técnico en la Consejería de Comercio, resolviendo expedientes de los administrados que solicitaban licencias, por la mañana. Las tardes las tenía ocupadas en un bufete que se dedicaba a tramitar expedientes ante... la Consejería de Comercio.

Eso sí, él no constaba oficialmente en aquel negocio. Me pregunto porqué.

Supongo que el sufriente lector de estas líneas tendrá hecha una valoración sobre los menesteres profesionales de mi amigo.

Hoy, por seis a cinco, casi en la prórroga y de penalty en el último minuto, el Tribunal Constitucional ha apreciado la existencia de causa de recusación en cierto Magistrado para juzgar un no menos cierto Estatuto.

Pienso en la opinión que tendrían esos cinco sobre Juan. Me estremezco.