Era julio hace diez años. Y nos acordamos todos, porque todos recibimos la cruel bofetada. Para todos los españoles, el secuestro y asesinato de aquel anónimo concejal supuso una agresión sufrida en primera persona, como habríamos vivido la de un cercano familiar. Nada extraño, nos diremos, era lo decente sentir como sentimos aquellos días.
Pues parece que no.
Desde aquel mes de julio, y desde mucho antes de aquel mes de julio, los mismos han sembrado de tristeza muchas otras familias.
Pues el gobierno de España, los representantes de todos, que dicen que están por “la política” y no por el Código Penal, que pretenden acabar con la violencia negociando con los asesinos, esto es, ofreciendo algo para que no asesinen.
Los griegos contraponían la idea de πολίς (polis) a la ίδιος (idios). Es curioso. El ser político era el que se preocupa por los demás, por los asuntos de todos. El idiota, por el contrario, era el que se ocupaba tan sólo de lo suyo.
Me hago una pregunta:
¿Ve nuestro gobierno, su presidente, los ministros, cualquiera de las víctimas como parte de su familia? ¿Hablaría de solución política nuestro presidente con una hija destrozada por una bomba entre los brazos?
Y peor todavía.
¿Creen que lo suyo, su propia seguridad, queda garantizada negociando con los asesinos?
Idiotas
Y traidores.
jueves, octubre 18, 2007
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