Es evidente que para opinar de las cosas hemos de entenderlas previamente, u opinar de aquellos aspectos de las cosas que creemos entender, aunque a veces la percepción sea errónea (y no digamos nada de la opinión que de un error se pueda desprender).
Es cierto. Cada vez la realidad de nuestro derredor es más compleja, más tecnificada, más inaprensible.
Y en nuestro intento por dominar los aspectos técnicos, misión que se me antoja imposible dada la velocidad de crucero de los adelantos que se nos vienen, hemos descuidado la facultad de abstraer.
Cuando hablamos de generaciones LOGSE no lo hacemos a humo de pajas. Recuerdo que un amigo mío me comentaba que el hijo de un conocido suyo, de un gran expediente en Bachiller, se planteaba seguir sus estudios universitarios en Zaragoza "¿Dónde está Zaragoza, papá?", fue la pregunta que sumió en profunda depresión a su padre.
Quizás alcance esto la consideración de caricatura. Y puede que lo pretenda. Pero se corresponde textualmente con el comentario de mi amigo.
El copipega de los ordenadores, la wikipedia, nos ha convertido en conductores eléctricos de una información que no asimilamos, nos desnudan de CULTURA.
Por otro lado, y soy el primero en celebrarlo, hemos abandonado el nacionalcatolicismo. Ya no hay salmodia dominical, los 10 mandamientos a la caraja.
¿Qué nos queda?. ¿A la luz de qué, ven las actuales generaciones lo que les rodea?.
Ya no vive la abuela en casa. Estamos solos, que los papás, los dos, trabajan. ¿Qué nos educa?
A: El colegio.
B: La caja tonta
C: El ordenador, el chat, el msn
Como dice la canción "Miedo, tengo mieeedo".
En el colegio se baja lamentablemente el nivel. Ya no se busca la excelencia, el esfuerzo. Contrariamente a lo buscado no se acaba sino que se multiplica el fracaso escolar. Cuando la inercia es el esfuerzo, esforzarse no cuesta. Mi generación, soy del 58, padecía exámenes de "porque sí", exámenes mensuales y exámenes finales de "todo el libro". Tenía 10 años y se me caían los piños si en cualquier examen, incluso de Geografía o Matemáticas, cometía tres faltas de ortografía. Tenía que aprender de memoria ríos golfos, cabos, listas de reyes, capitales del mundo, huesos, declinaciones... y era feliz, jugaba al fútbol en el patio, y me sobraba tiempo para casi todo.
Mi entorno era el del niño que tiene deberes en el cole. Y como mis amigos estaban como yo, no me sentía desgraciado.
Había que ir a misa los domingos, me sabía las letanías y los latines del uso ordinario (como todo quisqui) y lo mismo, que no me sentía una víctima al tiempo que me importaba más o menos lo que oía.
Es grande el mérito de quien, pese a la Play, el PC, los treinta mil canales de televisión, los planes de estudios del colegio, el nulo control en sus casas para que se estudie, pega chapa.
Y eso redunda en unas generaciones carentes de fundamentos con que racionalizar lo que ven, aprehender, única forma de poder elaborar un discurso lógico.
Siempre he admirado a aquellos profesores que eran capaces de explicar de forma sencilla las cuestiones más abstrusas. Por el contrario desdeñaba a los de discurso oscuro. Los primeros me demostraban que habían digerido el pensamiento que pretendían explicarme.
Los segundos que no eran capaces o de sintetizar el pensamiento o de expresarlo de forma inteligible. O ambas cosas.
"Las ciencias adelantan que es una barbaridad", y para poder comentar u opinar de las cosas hay que entenderlas. Y la mayoría carece, carecemos, de código.
Y esto enlaza con muchísimas otras cuestiones
Es cierto. Cada vez la realidad de nuestro derredor es más compleja, más tecnificada, más inaprensible.
Y en nuestro intento por dominar los aspectos técnicos, misión que se me antoja imposible dada la velocidad de crucero de los adelantos que se nos vienen, hemos descuidado la facultad de abstraer.
Cuando hablamos de generaciones LOGSE no lo hacemos a humo de pajas. Recuerdo que un amigo mío me comentaba que el hijo de un conocido suyo, de un gran expediente en Bachiller, se planteaba seguir sus estudios universitarios en Zaragoza "¿Dónde está Zaragoza, papá?", fue la pregunta que sumió en profunda depresión a su padre.
Quizás alcance esto la consideración de caricatura. Y puede que lo pretenda. Pero se corresponde textualmente con el comentario de mi amigo.
El copipega de los ordenadores, la wikipedia, nos ha convertido en conductores eléctricos de una información que no asimilamos, nos desnudan de CULTURA.
Por otro lado, y soy el primero en celebrarlo, hemos abandonado el nacionalcatolicismo. Ya no hay salmodia dominical, los 10 mandamientos a la caraja.
¿Qué nos queda?. ¿A la luz de qué, ven las actuales generaciones lo que les rodea?.
Ya no vive la abuela en casa. Estamos solos, que los papás, los dos, trabajan. ¿Qué nos educa?
A: El colegio.
B: La caja tonta
C: El ordenador, el chat, el msn
Como dice la canción "Miedo, tengo mieeedo".
En el colegio se baja lamentablemente el nivel. Ya no se busca la excelencia, el esfuerzo. Contrariamente a lo buscado no se acaba sino que se multiplica el fracaso escolar. Cuando la inercia es el esfuerzo, esforzarse no cuesta. Mi generación, soy del 58, padecía exámenes de "porque sí", exámenes mensuales y exámenes finales de "todo el libro". Tenía 10 años y se me caían los piños si en cualquier examen, incluso de Geografía o Matemáticas, cometía tres faltas de ortografía. Tenía que aprender de memoria ríos golfos, cabos, listas de reyes, capitales del mundo, huesos, declinaciones... y era feliz, jugaba al fútbol en el patio, y me sobraba tiempo para casi todo.
Mi entorno era el del niño que tiene deberes en el cole. Y como mis amigos estaban como yo, no me sentía desgraciado.
Había que ir a misa los domingos, me sabía las letanías y los latines del uso ordinario (como todo quisqui) y lo mismo, que no me sentía una víctima al tiempo que me importaba más o menos lo que oía.
Es grande el mérito de quien, pese a la Play, el PC, los treinta mil canales de televisión, los planes de estudios del colegio, el nulo control en sus casas para que se estudie, pega chapa.
Y eso redunda en unas generaciones carentes de fundamentos con que racionalizar lo que ven, aprehender, única forma de poder elaborar un discurso lógico.
Siempre he admirado a aquellos profesores que eran capaces de explicar de forma sencilla las cuestiones más abstrusas. Por el contrario desdeñaba a los de discurso oscuro. Los primeros me demostraban que habían digerido el pensamiento que pretendían explicarme.
Los segundos que no eran capaces o de sintetizar el pensamiento o de expresarlo de forma inteligible. O ambas cosas.
"Las ciencias adelantan que es una barbaridad", y para poder comentar u opinar de las cosas hay que entenderlas. Y la mayoría carece, carecemos, de código.
Y esto enlaza con muchísimas otras cuestiones